Vinicius es el hombre de moda en el Real Madrid. El brasileño, desatado y con la puntería por fin afinada, vive sus mejores días de blanco y está devolviendo con intereses la confianza depositada en él por Florentino Pérez. El presidente ha sido su mayor fan y su mejor valedor en los momentos malos. Siempre se negó a que se fuera a pesar de alguna suculenta oferta y de la constante presión del PSG para incluirle en la operación Mbappé.
«Vinicius no se vende», ha sido la respuesta que Florentino Pérez ha dado hasta en media docena de ocasiones al PSG, el club que más ha insistido en fichar al brasileño por recomendación de dos pesos pesados, el director deportivo, Leonardo, y la superestrella del equipo, Neymar. La decisión firme, contundente e inamovible del presidente del Real Madrid ayudó a la supervivencia del brasileño en sus peores momentos en la casa blanca.
Desde su llegada al Real Madrid con 18 años recién cumplidos Vinicius ha vivido montado en una montaña rusa. Lopetegui le mandó al Castilla a las primeras de cambio e impactó a todos con un doblete en su debut ante el filial del Atlético. Llamó a las puertas del primer equipo pero Julen no le abría. Aquella decisión no gustó en la cúpula del club blanco.
La montaña rusa de Vinicius
Luego se fue Lopetegui y llegó Solari. Apostó por Vinicius y se convirtió en el soplo de aire fresco en un Real Madrid en reconstrucción tras al era Cristiano Ronaldo. Aquella temporada, una inoportuna lesión ante el Ajax truncó la explosión del brasileño, que ya había dejado su sello en el Bernabéu. Desborde, velocidad, alegría… y una preocupante falta de puntería.
Luego vino Zidane y Vinicius tuvo que volver a empezar. A Zizou nunca le enamoró el brasileño y fue perdiendo no sólo protagonismo sino también frescura. Parecía un jugador sin chispa ni atrevimiento, un funcionario con botas que se limitaba a cumplir las órdenes del entrenador. Quizá hasta involucionó.
Pero la llegada de Ancelotti parece haber descubierto nuevos horizontes para Vinicius. Aunque comenzó desde el banquillo en los dos primeros partidos, ahora ya es un fijo para Carletto. Su explosión goleadora, cuatro goles en cuatro partidos, permiten presagiar que podemos estar ante el año de la explosión definitiva del brasileño, otrora objeto de mofas y memes.
Y todo gracias al apoyo del presidente del Real Madrid, porque con Vinicius, igual que con otras muchas cosas, Florentino tenía razón.
